
Muchas veces cuando ya tenemos un equipo de trabajo formado, nos damos cuenta que las cosas podrían darse de mejor forma, y buscamos herramientas o técnicas para optimizarlas, por ejemplo: libros o en internet… ¿te ha pasado?
La evolución y cambio en los equipos o empresas es un ideal bonito, siempre buscar la mejora continua y la calidad pensando en el cliente, pero no siempre las cosas resultan bien. ¿Qué pasó? ¿Esas técnicas están mal? O tal vez si están interesantes, pero no se ajustan a mi empresa…. O tal vez (lo más seguro… créeme) lo que está haciendo corto circuito son las personas con las que trabajas.
LAS PERSONAS son la parte viva de un equipo o un negocio, son el músculo… así que no importa que las ideas de cambio sean una promesa linda, si es que ellos no las aceptan. Y ojo que, al humano por naturaleza, en lo general no le gustan los cambios, por eso estamos en riesgo de que estas iniciativas no funcionen.
Mi inversión como dueño del emprendimiento
Desde hace un tiempo se ha puesto de moda el coaching de equipos, hacer actividades outdoor incluso (algo así como retiros o fines de semana de actividades fuera de la empresa), para construir lazos y fortalecer el espíritu, sin embargo, se ha demostrado que si no se tiene esa condición de pre disposición al cambio, todo ese esfuerzo, incluso inversión monetaria y temporal caerá en saco roto (Además ni hablar de las expectativas que seguramente tuviste para contratar estos servicios).
Y no, no digo que no funcionen, que sí que puede funcionar, de hecho, nosotros organizamos y ejecutamos coaching de equipos, pero no pasa simplemente por hacer algunas dinámicas y una charla reflexiva, sino más bien de que ese cambio sea un proceso. De lo contrario, las ideas bonitas de mejorar y crear equipo les harán pensar y modificar su conducta…. POR TRES DÍAS.
Es que el humano es un ser de hábitos, y si el terreno no es fértil para esa transformación, las personas volverán nomas a donde estaban y haciendo lo que hacían.
Los dinosaurios no bailan
Tomo prestado la expresión de Robert Kriegel, justamente se refiere a que el mundo está cambiando, y ese cambio no se mide porcentualmente, sino exponencialmente, como ejemplo, haber: pongámonos a pensar cómo es que se hacían negocios hace apenas 3 años, que tendencias había en el mercado, por donde creíamos que podían ir las cosas y si realmente hemos llegado a eso.
Para empezar, toda la sociedad ha modificado su conducta por la alerta sanitaria que inició entre diciembre del 2019 y enero de 2020, llegando hasta confinamientos en los hogares, ocupando de manera masiva medios y herramientas de tele trabajo y tele educación (Que felices los muchachos creadores de Zoom 😉) Ahora con los efectos de la cuarentena del 2020, se dice que hemos avanzado y nos hemos adaptado en el aspecto digital el equivalente a seis años, en sólo dos meses 😱
Pero a pesar de todas estas tecnologías y situaciones que nos obligan a cambiar, nos cuesta, porque el cambio casi siempre significa incertidumbre, significa que habrá que aprender cosas nuevas o maneras de hacerlas, incomodidad por salir de la zona segura y conocida… Ahora entiendes lo de “Los dinosaurios no bailan”
Para un emprendimiento o una empresa, es clave saber adaptarse, si hablamos de términos más técnicos, evolucionar y modificar su cadena de valor. Esto solo será posible si el equipo rema para el mismo lado, que todos estén interesados en mejorar la empresa.
Cómo gestionar el cambio en las empresas
Esa es la palabra correcta, Gestión, que significa administrar, es decir, hay que saber administrar el cambio, pues como ya quedamos claros, el hacer alguna actividad solo por hacerla esperando que, de resultados duraderos, es muy complicado que resulte.
Para eso, te propongo algunos pasos para hacer realidad ese cambio en tu emprendimiento o empresa:
Diagnóstico. Entiende a tus colaboradores
Siempre que doy cursos o charlas y me toca explicar que significa diagnosticar, uso una analogía, es como sacar una fotografía.
Una foto es una instantánea de un momento, no te muestra un antes ni un después, sino el momento preciso, entonces el diagnóstico es eso, una descripción de la situación de tu equipo es este preciso instante.
Este análisis nos servirá para saber exactamente dónde estamos parados, ya que no importa cuál sea la meta, no haremos nada atinado si no conocemos que tan lejos o cerca estamos. Así que con este paso, sabremos los puntos fuertes y las debilidades, y podremos empezar a planificar las acciones que si son bien enfocadas, servirán de mucho.
Además, estaremos conscientes de cuales recursos tenemos y cuales deberíamos tener.
Mantente atento al blog que próximamente vamos a compartir recursos y herramientas para realizar diagnósticos empresariales.
Prepara el plan
A las personas hay que sensibilizarlas, hay que mostrarles la situación actual y los efectos que están pasando, para que estén en pleno entendimiento y acepten el cambio, con una disposición a aprender nuevas formas de hacer las cosas y probablemente manejar mejor sus recursos. Esto incluye también calcular los medios y los tonos que se usarán para comunicarles los planes que tenemos.
Si haces a las personas parte del cambio, pero no pasivamente, sino haces que participen de verdad en la planificación, se puede tener niveles de involucramiento y compromiso más altos.
Ejecución
Llegó el momento de actuar, de pasar del papel al campo de juego, en este paso hay que tener especial cuidado en mantener la misma línea de pensamiento y acción en todo momento, recuerda que la gente puede presentar rechazo a ciertas condiciones.
Todas las metas, recursos y acciones deben ir en sintonía, para demostrar que el fin máximo será siempre el mismo, un mejor panorama general para todos.
Seguimiento
No serviría de nada todo el esfuerzo y tiempo dedicados si es que no se miden los resultados, como decía el Chapulín Colorado: “ya lo dice el viejo y conocido refrán”, no se puede mejorar lo que no se puede medir, y créeme, es vital saber cuáles son los resultados que se están produciendo y compararlos con los que esperabas. ¿Por qué?
Para verificar si todo está saliendo bien, o si en algún punto, hubo algo que daño o desvió las cosas, en ese caso hay que detectar cuál fue ese factor y corregirlo.
Lo más sano para cualquier emprendimiento o empresa, es siempre estar alerta a los cambios del entorno, y cuando sea necesario re inventarse y evolucionar.
Carlitos Darwin nos decía:
“No sobrevive el más fuerte, ni el más inteligente, sino el que se adapta mejor al cambio.”
Hasta la próxima!!!!!!!

Redactor, speaker y profesor de marketing y gestión. Lector empedernido y amigo de Don Ramón
Me encanta poder desarrollar y contribuir al talento humano, impulsando las soft skills y la innovación.
Creo al 110% que los negocios ahora y en el futuro tienen que tener un lado humano importante, generando un impacto más allá del netamente económico para sus creadores, y para ello, es clave que el motor sea una solución a un problema de la comunidad donde se desarrolla, ya sea física, digital o ambas.
El identificar el valor diferencial y trabajarlo desde esa óptica, ayuda mucho a que los emprendimientos crezcan de una manera sana, acompañando a su mercado meta y recibiendo feedback constante de ellos.