
¡Juan ha tenido una epifanía! Se le ha ocurrido una idea de negocio que la puede romper en su ciudad y triunfar, pero necesita cierta inversión, y ese riesgo es el que todavía no le deja despegar. El desarrollo de un producto mínimo viable puede ayudarle a salir de esta encrucijada.
¿Qué es un producto mínimo viable (PMV)?
Quizás lo hayas leído en algún foro o libro con su abreviación en inglés: MVP, pero no se trata del Most Valueble Player de la NBA o de la NFL, sino de un resultado, en este caso, del proceso de preparación de tu negocio.
El buen Steve Blank, en su libro “El manual del emprendedor”, dónde nos presenta la metodología del Customer development, ya nos deja asomar la cabecita hacía que es un producto mínimo viable.
Al igual que Eric Ries (su pupilo, el Luke de su Obi Wan), también presenta en su obra “El método Lean Startup” este concepto, e incluso muestra un circuito para su desarrollo. Pero antes de eso, vamos a definir que es y que no es un PMV.
La palabra clave aquí es “resultado”, porque un PMV es eso, es un resultado de otro proceso que ha corrido por detrás, es algo mucho más perceptible y presentable ante los potenciales clientes (Early adopters – primeros clientes). No importa si tu negocio tiene por producto a un bien físico, un servicio o un producto digital.
PMV significa PRODUCTO MÍNIMO VIABLE que es, a fin de cuentas, una muestra de la idea, de la propuesta de valor que quieres ofrecer a los clientes, para solucionarles algún “dolor” o problema que tengan en su vida cotidiana.
¿Porque digo “dolor” o problema? Porque no todos los productos y servicios están hechos para resolver problemas (lo siento si en alguna clase de marketing te dijeron que si). Sino que existen bienes que no van a enfocarse en eso, sino en necesidades.
Pero, ¿Cuál es la diferencia entre problema y necesidad?
Si hablamos de problemas, tendríamos que hablar de solución a algún punto en el que el cliente necesita con cierto nivel de urgencia un producto que le resuelva el asunto, hablar de necesidad, es ir un poco más allá en su psique, es buscar que palanca le está llevando a una mejor manera (a su criterio) de hacer las cosas.
Por ejemplo: Una persona puede tener el problema de pasar frio así que va a abrigarse, para lo cual podría comprar una chaqueta, pero la necesidad de tener cierta marca, le puede llevar a elegir un producto que cumpla solamente con esa característica de ropa.
Bueno, ya no nos desviemos del tema, un PMV va a ser un producto que le dé una idea general pero bastante cabal al early adopter de que es lo que tienes para ofrecerle de valor.
Para qué sirve un producto mínimo viable?
Veamos cuál es el verdadero objetivo del producto mínimo viable:
Construir un PMV, para continuar con la idea principal de las metodologías ágiles, sirve, sobre todo, para aprender rápido de la mejor fuente, y minimizar la inversión que tendría que salir de tus bolsillos.
Imagina que tu piensas en abrir, digamos por ejemplo una institución de educación, de pre grado o postgrado, y para ello te pones en la misión de armar programas nuevos, innovadores, que no se hayan visto tan comúnmente en tu ciudad.
Ahora para ello te pones a buscar en internet y/o preguntas a algunos profesionales que tipo de formación creen que encajaría en ese perfil de curso, y pues, te dan ideas bastante interesantes, como gestión de big data, programación en Python, minería de datos, etc.
Peeeeeeeero, la cosa es así, aunque busques un plantel docente competente y encuentres un lugar físico adecuado para dar las clases, podrías no tener la cantidad de alumnos inscritos que imaginabas. ¿Sabes por qué?
Porque a lo mejor, los jóvenes que estás buscando inscribir están menos entendidos en estas especialidades, quizás porque no están en el tren de estos programas y buscan opciones más tradicionales.
O quizás están en búsqueda de habilidades muy básicas para empezar a trabajar de una vez.
Pero claro, ya la inversión está hecha, en Facebook y Google Ads, en el alquiler del lugar, y también en la palabra empeñada con tus docentes.
Un fracaso como este es más común de lo que piensas en todos los rubros…. Basta con imaginarse la cantidad de apps que han quedado en el baúl de los proyectos abandonados a medio terminar.
Qué pasó? Es inevitable entonces conocer como respondería el mercado sin darle el producto terminado?
Precisamente aquí es donde entra en juego el Producto Mínimo Viable, con él puedes testear y validar la idea del negocio con los clientes que estés seguro que se van a interesar por tu propuesta.
Y lo mejor: Si no les gusta o no están lo suficientemente interesados, puedes indagar porque o que es lo que le falta a tu producto, para tener una próxima versión mucho mejor, y todo esto sin necesidad de invertir demasiado dinero o tiempo.
Así no acabarás con un auto diseñado por Homero que lleve a la ruina a tu hermano 🤭😂

Ahora que ya sabemos el concepto, vamos a tirar abajo un punto en el que varios colegas entran en el limbo: ¿Es lo mismo un PMV que un prototipo?
Diferencia entre prototipo y producto mínimo viable
El prototipo es una versión casi casi terminada de tu idea, es un concepto que ya está aterrizado y es funcional para el usuario.
Entonces un prototipo si podría ser un PMV, pero no todos los PMV son prototipos.
Para que quede más claro, vamos a diferenciar dos tipos de producto mínimo:

Baja fidelidad: Tiene las características mínimas de tu idea, no está para nada terminado, y su función es confirmarte si tu hipótesis de que el cliente tiene un asunto pendiente y tú puedes ayudarle es correcta.
No es del todo funcional, de hecho, ha habido casos en los que este PMV sólo es una muestra del negocio, que ni siquiera es interactiva con el usuario o cliente.
Este es el que encaja a la perfección con el dicho de: “Falla rápido, falla barato”; porque esta versión debería ser enfrentada con el mercado lo antes posible para saber si estás yendo en la dirección correcta o hay que replantearnos algún punto.
Alta fidelidad: Aquí las cosas cambian, al ser de alta fidelidad, se supone que es un PMV que ya ha quemado varias etapas, entre ellas la de ser de baja fidelidad.
Ya habiendo confirmado la idea y viabilidad del negocio, este PMV se encarga de confirmar si la manera en la que estás interviniendo en la vida del usuario o cliente es la correcta.
Aquí ya se afinan las características del producto final.
Cómo diseñar tu Producto Mínimo Viable paso a paso
Para hacer más práctica esta sección, la vamos a dividir en una lista:
Define tu cliente meta
Es importante que sepas desde el primer momento para quien estás haciendo este trabajo, pero debes ser bastante preciso.
Se trata de identificar al segmento o nicho de clientes al que estás apuntando, si quieres conocer como segmentar un mercado tenemos un post para ti.
Este es el punto de partida, no te lo puedes saltar por querer ir directo a la acción, ya que, si no cumples bien con este paso, no sabrás de quién debes aprender, ni qué cosa o idea es lo que estás buscando validar.
Define las características que debes reunir en tu producto
Nos vamos a la idea popular de dar todas las opciones posibles al cliente, aquí se aplica el dicho “menos es más”.
Nunca olvides que el propósito de esta práctica, es confirmar tus ideas iniciales, tus hipótesis, no estamos todavía diseñando el producto final, sino estamos verificando que el problema que piensas que tienen los clientes, realmente existe, y que ellos van a pagar por tu solución.
Así que estar seguro que no es para todos, no.
Tu producto todavía no se va a enfrentar a un mercado masivo, lo único que necesitamos es ir construyendo un producto que sepa comunicar tu idea, y mientras vayamos avanzando de la mano de entrevistas con los early adopters, vamos a ir sumando características y funciones que ellos requieran.
Especifica las métricas que vas a medir (Cómo medir el éxito de tu PMV)
Ahora que ya tenemos bien definido a quienes quieres llegar y que quieres aprender, además de lo que vas a incluir en tu producto, es importante planificar cómo vas a medir tus resultados.
Este punto depende mucho de tu idea de negocio, por ejemplo, si es un producto físico, podrías tener como unidad de medida, el impacto que tiene una página de fans en Facebook donde posteaste contenido acerca del próximo producto.
Podrías medir la viralidad, el engagement, formas de uso, frecuencia, número de prospectos capturados, etc.
Si es un producto digital, podrías medir las descargas, suscripciones, etc.
Construye el PMV
Si hablamos de un PMV de baja fidelidad, podría ser incluso sólo una página web de aterrizaje, o landing page, que les pida datos de contacto a posibles clientes mientras les explica cuál es el producto y porqué es para ellos.
Ahora, si estamos en estados más avanzados, pues tú y tu equipo deben de echar mano a las entrevistas y la información de los clientes sobre las anteriores versiones del producto para evolucionarlo.
Mide y aprende
Con todas las cartas sobre la mesa, no nos queda más que citar a un grupo de early adopters para presentarles nuestro trabajo y ver si lo utilizan, que conflictos tienen, y sobre todo, que retroalimentación a manera de opiniones nos pueden dar para continuar con el proyecto.
Al ya haber dado las métricas que vamos a usar, y además haber presentado el PMV, pues aquí hay que sacar conclusiones propositivas, si todo está funcionando como debería, buenísimo, a seguir adelante con el desarrollo, pero ¡ojo! Si el feedback dice que algo no está bien, es momento de decidir si la falla es tan grande como para considerar:
a. Redirigir el proyecto o alguna de sus partes (iteración)
b. Repensar en un cambio más grande, como de clientes meta, o del producto en sí (pivote)
c. Abandonarlo.
Bien, llegamos al final de este circuito que va a ser tu pista de carreras, en la que vas a correr una y otra vez hasta tener un producto totalmente funcional y terminado para el mercado.
Tipos o formas de PMV
Brevemente, te explicaremos las distintas formas (no limitadas, tú mismo podrías imaginar alguna mejor e implementarla según tu público y tus recursos) de ejecutar un producto mínimo viable:
Una landing page
Simplemente una página web que le presente las características de tu producto al cliente, que combine textos con videos e imágenes.
En este caso debes configurar un formulario de recolección de datos personales, entre ellos el nombre de la persona y forma de contactarle (mail, teléfono) para avisarle cuando tengamos listo y terminado el producto.
Lo interesante de esta alternativa es que no es necesario que gastes nada más que un poco de tiempo, hay plataformas como wordpress.org, Blogger.com y otras que te permiten crear gratis una página con estas características, lo único que debes hacer es probarlas a ver cuál te convence más.
Campañas de publicidad en la red
Sumado al anterior tipo de PMV, puedes potenciar el tráfico si pagas a una red social, para que, mediante su plataforma de segmentación en los ads, puedas probar si el público objetivo está respondiendo a tu campaña y se convierte en un probable cliente.
Video
Utilizado por ejemplo por Dropbox cuando levantaron capital, ya que, por su servicio, era muy caro montar un prototipo de almacenaje en la nube, y más aún si nos remontamos a la época en la que se fundó esta compañía.
Con un video bastante sencillo de entender, transmitieron toda la idea y el potencial de uso que tendría para los clientes.
Mago de Oz
Este es un “truco” por eso se llama Mago de Oz, y podría ser, la presentación del primer iPhone un muy buen ejemplo de esto.
Se trata de dar la impresión al o los clientes que se tiene un MVP de alta fidelidad, ya funcional al 100% y demostrar todo el potencial que tiene una vez que esté a la venta.
Tal como sucedió con Steve Jobs en el 2007.
Existe una variante de este tipo de MVP, que se llama la técnica de concierge o conserje, donde básicamente se ocupa todos los elementos que se podrían usar en el Mago de Oz, pero los usuarios saben que no esta terminado el producto y que más bien sus procesos o su funcionamiento es manual.
Test A/B
Consiste en lanzar dos PMV, o dos campañas de marketing o cualquier elemento con un paralelo, de ahí su nombre, tenemos un componente A y un componente B.
Como son simultáneos, se puede medir cual de los dos funciona mejor y al tener bajo control las diferencias, este experimento puede dejar mucho aprendizaje.
Errores al hacer un PMV
Obsesionarte demasiado en un solo detalle
No te enamores de tu idea, no te empecines en que “el producto está bien, lo que pasa es que la gente no está lista o no lo entiende todavía”.
Si algo no funciona, averigua por qué y arréglalo, después pasas al siguiente ítem en la lista, no te estanques en que debe ser perfecto aún.
Apurar el desarrollo para llegar a un mercado masivo
Sabemos que un emprendimiento se hace para ganar dinero, y quizás esta etapa te está tomando más de lo que pensabas (no hay un tiempo predeterminado para este paso).
El querer sacar de una vez el producto al mercado, por la razón que sea, sin haberlo validado al menos en una muy buena proporción, puede llevarte a construir un producto que, si bien puede tener mercado, no tendrá todo el ajuste al cliente que podría tener.
Por lo tanto, el riesgo y la incertidumbre todavía son grandes.
Recoger, pero no usar el feedback de tus clientes
Este tipo de conceptos, extraídos del customer development, o del lean startup, se basan en que el hacer un negocio, puede convertirse en una investigación con herramientas científicas, en este caso, con entrevistas y/o grupos focales.
Pero sabemos muy bien que hay que tener la cabeza bien abierta y la voluntad de aceptar cuando nos estamos equivocando, después de todo hay que pensar que la propuesta de valor se la hace para los clientes, no para ti.
Así que, si el feedback te dice que de las 10 características que le has metido, 8 son innecesarias, hay que escuchar ese dato, y actuar en consecuencia.
Ejemplos de producto mínimo viable
Zappos
Creo que el ejemplo más clásico de PMV es Zappos, que en un inicio, hizo un acuerdo de palabra con una tienda de zapatos local, para tomarle fotografías a sus productos y subirlas a su página web, con el compromiso de volver y comprarle los pares que se reserven en su sitio.
Así, como ves, esta compañía no invirtió en inventario, ni tuvo que hacer todo un estudio de mercado para conocer que zapatos exhibir en la web. Solo aprendía a medida que iba evolucionando el negocio.
Dropbox
Como te platiqué hace un momento, esta empresa se enfrentaba a la incomodidad de tener que invertir mucho dinero en servidores y demás.
Además de todo el tiempo que le demoraría para montar un prototipo de sitio de almacenamiento web, y optó por hacer un video casi de manera artesanal.
Es así como Drew Houston, con un par de videos explicativos, primero para levantar capital y luego para generar tracción con clientes, lograron escalar esta organización.
AirBNB
Comenzaron con una web austera, donde ofrecían alojamiento en un colchón de aire (airbed) y desayuno (breakfast), para tener un poco de ingresos, luego, tras recibir las opiniones de sus primeros clientes, abrieron los ojos ante un posible negocio que al final (después de muchas iteraciones) capitalizaron exitosamente.
Conclusión
Construir un producto mínimo viable es una de las acciones más importantes que puedes tomar, para optimizar el manejo de tus tres recursos emprendedores más importantes: el dinero, tu esfuerzo y tu tiempo.
Si tienes la dedicación, la visión y por sobre todo la paciencia de ir armando una propuesta de valor que se ajuste al mercado al que apuntas, ten por seguro que estarás reduciendo muchísimo el riesgo de que tu idea de negocio se desvanezca.
Ahora queremos saber tu opinión, tu ¿ya has hecho o estas en planes de construir un PVM para tu idea de emprendimiento? Escríbenos en los comentarios 👇🏻 👇🏻 👇🏻

Alex Castro Torres
Redactor, speaker y profesor de marketing y gestión. Lector empedernido y amigo de Don Ramón
Me encanta poder desarrollar y contribuir al talento humano, impulsando las soft skills y la innovación.
Creo al 110% que los negocios ahora y en el futuro tienen que tener un lado humano importante, generando un impacto más allá del netamente económico para sus creadores, y para ello, es clave que el motor sea una solución a un problema de la comunidad donde se desarrolla, ya sea física, digital o ambas.
El identificar el valor diferencial y trabajarlo desde esa óptica, ayuda mucho a que los emprendimientos crezcan de una manera sana, acompañando a su mercado meta y recibiendo feedback constante de ellos.